Marca de calidad para la anchoa del Cantábrico

La competencia de otros caladeros y los bajos precios de la última campaña de la anchoa del Cantábrico han incentivado esta búsqueda de la garantía de calidad.

Los representantes de las cofradías pesqueras de la anchoa del Cantábrico de las regiones de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco están creando la marca de la Anchoa del Cantábrico. Son varias las reuniones entre los consejeros de los departamentos de las diferentes comunidades autónomas con el objetivo de promocionar y diferenciar la anchoa pescada en el mar Cantábrico de la de otros caladeros.

Tras cinco años de cierre de la pesquería debido a la sobre explotación de los caladeros y la perdida de su biomasa, la pasada primavera retornaron las flotas a sus caladeros con unas capturas más bien escasas, pero que no se reflejaron en el precio pagado en lonja que siempre tendió a la baja.

Las cofradías de pescadores del mar Cantábrico consideran que la pérdida de mercado respecto a la anchoa proveniente de países como Croacia, Marruecos, Argentina o chile que son de una inferior calidad, así como el bajo precio pagado en lonja obligan a la creación de esta marca de calidad para así diferenciarse de las anchoas pescadas en otros lugares del planeta y de esta manera recuperar los precios anteriores a la veda.

Las consejerías de pesca de las regiones afectadas pretenden acelerar este proceso para la anchoa capturada en la próxima campaña, pero parece ser bastante difícil conseguirlo en la campaña venidera, debido principalmente a todos los trámites burocráticos que se necesitan para lograr un sello de garantía de estas características.

La iniciativa de crear la marca de calidad salió del Consejo Consultivo Regional del Atlántico Sur, donde todos los representantes del sector menos el sector conservero que en principio no parece estar dispuesto al acuerdo, manifestaron su apoyo a la creación de un sello diferenciador.

La misma idea pretende aplicarse en el caso del bonito del norte, con el objetivo de diferenciarlo del resto de túnidos que llegan a los mercados.

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