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Las setas furtivas | Temporada de setas
15
Sep
Comienzan a verse los primeros níscalos en los pinares sorianos.
La micología en las tierras de Soria se está volviendo una auténtica odisea, lejos quedan esos tiempos donde los amantes de la micología nos acercábamos a sus tierras para recoger un par de kilos de este preciado manjar. La popularización del consumo de las setas ha fomentado la sobre-explotación y la furtividad en nuestros montes.
Desde hace unos años se están restringiendo su recolección en ciertas zonas de la provincia castellana debido a la sobre recolección que amenaza la propia reproducción de las especies. Sin ir más lejos el año pasado fueron 64 las denuncias por parte de las autoridades de recolectores sin ningún tipo de permiso u otros superando la recolección permitida por persona, en el año 2008 únicamente se produjeron 35.
El 55% de estos recolectores son de fuera de la provincia de Soria, mayoritariamente de Cataluña, la comunidad autónoma con mayor tradición en la recolección del preciado alimento.
Como curiosidad cabe destacar que un 19% de las denuncias fueron realizadas a recolectores extranjeros. En este sentido, los doce extranjeros denunciados eran de nacionalidad rumana seis fueron pillados con 55 kilos de níscalos y otros seis con 110 kilos de esta misma especie. Estos doce multados no llevaban permisos. Además, son los casos en los que los infractores de esta campaña fueron sorprendidos con más kilos.
Las multas, que se imponen por infringir la Ley de Montes y el decreto 3/ 2009 de 6 de abril de Castilla y León y el decreto 130/1999 de 17 de junio por el que se ordena y regulan los aprovechamientos micológicos, asciende en todos los casos a cien euros y se requisa la producción que, generalmente, suele entregarse a residencias o centros humanitarios. No obstante, las personas sorprendidas sin los correspondientes permisos tienen la posibilidad de quedarse con la mercancía, pagando el dinero que se considera que vale lo recolectado.
Desde nuestro blog recomendamos hacer una recolección selectiva (sin excederse, el monte es de todos) y denunciar aquellos recolectores furtivos que están lapidando nuestros bosques.
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